Aunque se anuncia a las TIC, particularmente internet, como la gran solución de la actual era de la información, la existencia de una "brecha digital" se traduce en posibilidades desiguales de beneficiarse con los avances de las TIC. Las organizaciones de mujeres pueden comprender la importancia y el potencial de las TIC y no estar en condiciones de darles prioridad debido a sus recursos limitados. Los problemas técnicos, una pobre infraestructura, altos costos de uso, restricciones de presupuesto, barreras psicológicas, capacidades inadecuadas y la falta de conectividad de organizaciones locales y de nivel nacional se erigen como obstáculos para el acceso de la mujer.
Sin embargo, el impacto de las TIC en la conformación de las relaciones espaciales, temporales y sociales es innegable. Las comunicaciones mediadas por la tecnología transmiten mensajes culturales cargados de discursos raciales y de género, entre otros, que afectan el modo en que comprendemos nuestro lugar en el mundo. Existe la necesidad urgente de examinar el impacto de las TIC en las relaciones de género, en especial debido a los discursos sobre la tecnología y los medios centrados en el varón, a la exclusión histórica de las mujeres en este campo, y a la hegemonía del "Norte Global" en la definición de los avances tecnológicos.
Este movimiento ya ha comenzado, pero la velocidad de desarrollo de nuevas formas de TIC obliga a los movimientos de mujeres a enfrentarse constantemente con nuevas problemáticas, tales como el hostigamiento cibernético, la pornografía en internet, el acoso mediante mensajes de texto y la "teledildonics". Aunque las desigualdades del poder en las relaciones de género siguen siendo centrales para comprender estos nuevos ropajes de la VCM, es necesario hacer visible el papel facilitador de las TIC.